Londres es una compleja red de metros, trenes y autobuses. Todo está bastante bien comunicado, pero ir de un lado al otro de la ciudad puede llevar un tiempo considerable (y posiblemente incluya hacer un par de transbordos de líneas de transporte. La clave del éxito es agrupar tus actividades geográficamente de modo que no tengas que volver de nuevo a una zona que ya has visitado. También es una buena idea invertir en una Oyster Card o un pase diario. Comprar el billete cada vez que subes a un autobús o en el metro vaciará tus bolsillos de monedas a un ritmo deprimente.