
En la primera mitad del siglo XIV, Amberes era el floreciente centro financiero y comercial de Europa occidental, principalmente debido a su puerto y mercado de lana. Sentirás su historia en sus calles adoquinadas y sus extravagantes edificios en cualquier época del año, pero es mejor visitar a finales de primavera cuando recibes más sol por el dinero invertido. Septiembre y octubre son una buena opción, tienes menos turistas y el todavía hace buen tiempo.