La Ópera Garnier (o Palacio Garnier) es un icono parisino. Para los parisinos, este opulento teatro de ópera y ballet forma parte del tejido cultural de la ciudad tanto como Notre Dame, el Louvre o la Torre Eiffel. Para los demás, es el escenario de El Fantasma de la Ópera. Quizás el teatro de ópera más bello del mundo, la Ópera Garnier está llena de historia.

Haz como los aristócratos de antaño y explora la Ópera Garnier a tu paso pasando por la escalera imperial y el Gran vestívulo.

Charles Garnier diseñó esta ópera para el emperador Napoleón III, pero la construcción se retrasó debido a unos niveles freáticos inusualmente altos. Como solución, se construyeron una serie de cisternas para redistribuir el agua. Esto causó una serie de especulaciones sobre la existencia de un misterioso lago bajo la Ópera Garnier. Los turistas no están autorizados a bajar a la guarida del Fantasma, pero teniendo en cuenta el desenlace de la novela de Gaston Leroux, tal vez sea mejor así.

Sin embargo, hay un montón de lugares por explorar en la Ópera más grande del mundo. Ve la impresionante fachada, sus columnas de mármol rosa y los detalles de los frisos, ¡y no te pierdas la exposición temporal para aprovechar al máximo la visita!